martes, 29 de noviembre de 2011

¿Como actuamos ante la caridad?.

El viernes participé en la colecta de la “Fundación Divina Esperanza”, fundación que asegura el desarrollo de los niños y jóvenes con discapacidad mental de la sexta región. En aquella experiencia, me llamo mucho la atención detalles que se fueron configurando a nuestro alrededor mientras buscábamos la solidaridad de la gente. 

¿Cómo actuamos ante la caridad?, esa fue la incógnita que me fue respondida ese día.. En solo siete horas pude observar como reaccionamos en masa ante una petición solidaria, e individualmente repetimos idénticamente los mismos patrones. El solo decir: Buenos días ¿nos puede cooperar con la fundación?, se convierte en un ritual el cual convoca todo tipo de respuestas, lo primero, es que ante este dicho se produce una reacción en cadena. Todos conocemos las colectas, sabemos a ciencia general como funcionan, una bolsita y un sticker identifican el hecho de que una institución se encuentra pidiendo recursos para lograr sus objetivos, entonces, las personas al poder reconocer este perfil simplemente toman variadas actitudes. En una gran mayoría se podría decir que la indiferencia se hace presente, el caminar más rápido, no responder, o solo pasar y mirar para el lado es un acto que se repite bastante. Hay quienes tratan de no quedar mal, y por lo menos responden: no tengo ni uno! (tocándose los bolsillos, mientras el cocodrilo les suena a choque de monedas). Pero, también existe la respuesta positiva de seres realmente humanos que se acercan y mientras buscan una moneda te preguntan: ¿de qué se trata? y luego te desean suerte. 

Lo más sorprendente de estas experiencias, es ver compatriotas que a simple vista se notan mas desamparados, con falta de recursos, colaborando como primeros protagonistas de la actividad, buscando hasta el último peso para ayudarte. Y muy por el contrario, otros que visten ropajes caros prefieren pasar desapercibidos debajo de unos grandes lentes de moda, e incluso les es mas cómodo tomar el celular en señal de “estoy ocupado”. Las apariencias engañan, y por consecuencia esto demuestra que vivimos de ellas.

La gran alegría de estas convocatorias es recibir el cariño de los jóvenes, jóvenes con sensibilidad que demuestran tener las ganas de ir más allá cuando algo les toca. La aceptación y voluntad la manifiestan en el interés de ayudar con mayor concreción que en un acto de “asistencialismo” envuelto en una acción de dar una moneda, el preguntar ¿Cómo me puedo hacer voluntario?, o incluso regalar actitudes tan reconfortantes para quienes trabajan en una institución como ofrecer apoyo inmediato en un: ¿los puedo ayudar?, es algo que se aprecia enormemente y da mas fuerzas para continuar en la labor.

Finalmente no importa quien este del lado de la bolsa, existen muchas causas que deben ser cubiertas y abrazadas. Cuando uno es quien se pone la camiseta si no te responden es como una cachetada, pero si te dan la mano, sabes que tu objetivo vale mas la pena. 
Aprovecho este espacio para dar las gracias a todos los que nos ayudaron este viernes en la colecta anual, a quienes una ves más creyeron en nosotros, les digo: no se arrepentirán!, en especial, felicitar al equipo del colegio especial divina esperanza y sus amigos que dejaron los pies en la calle junto a los alumnos voluntarios del instituto AIEP y del Liceo Profesor Misael Lobos Monroy de graneros, agradecer nuevamente a este generoso diario el Rancaguino que nos ayuda a difundir esta actividad de amor, y un especial abrazo a los feriantes de los chacareros, siempre tan solidarios.

No seamos egoístas en estas acciones, todos necesitamos una granito de arena, si no tenemos plata, lo cual es muy normal por estos días, solo respondamos dando la cara y entregando energías positivas, no nos hagamos los locos!. Es lo menos que podemos hacer por quienes lo necesitan. 

.....escrito el 5 de noviembre del 2011.

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